Las termas de El Cañavate forman parte de una villa romana y lo más significativo de los estudios realizados es la gran perdurabilidad en el tiempo, como nos indican los vestigios encontrados, demostrando que estuvo ocupada desde el siglo I después de Cristo, hasta época visigoda.
Es un hallazgo bastante relevante puesto que los balnearios domésticos fueron el escenario preferido por la élite romana como lugar de recepción y reunión. De momento hay 16 estancias identificadas, 12 de planta rectangular y cuatro absidiales. Entre ellas, parte del frigidarium (la última etapa de los baños, donde se tomaban los baños fríos), que además conserva su pavimento de piedra caliza. También está reconocido el hypocaustum (sistema de calefacción por suelo), y el tepidarium (zona de baño tibio) que ocupa una superficie de unos 18 metros cuadrados y el caldarium (zona de baño caliente).
Es un orgullo ver como nuestros pueblos siguen apostando por la cultura y el patrimonio para revitalizar las zonas poco pobladas y combatir la despoblación.